Cuba Ala Décima

Sitio del Grupo Ala Décima. Director: Pedro Péglez González. Subdirectores: Modesto Caballero Ramos y Karel Leyva Ferrer. Corresponsales: Miembros y colaboradores del Grupo Ala Décima. Asistencia técnica: Belkis Amión. Biblioteca Ala Décima: Arístides Valdés Guillermo. Página Facebook: Alejandro González Bermúdez. (Visualización más aceptable por el navegador Mozilla Firefox)

martes, diciembre 05, 2006



OLGA LIDIA
CANTA
A LA CIUDAD


Olga Lidia Pérez (Jarahueca, Sancti Spíritus, 1959) es una poetisa de hondas resonancias líricas, mediante las cuales aborda con voz muy propia la existencia. Aquí canta a la ciudad, que puede ser cualquiera, acaso la de La Habana que la acogió muy joven cuando su familia llegó a la capital procedente de su natal terruño que siempre recuerda y al cual vuelve frecuentemente, muchas veces en funciones de organización de las bienales Identidad, de homenaje a su hermana, la siempre presente en el corazón de todos, Ada Elba.

Olga Lidia es poetisa de todos los registros, y trabaja con especial delectación la décima, en cuyo molde está facturado este poema, aunque diseñado en formato de versos libres. Se desempeña como especialista de Literatura en el Consejo Nacional de Casas de Cultura y es miembro del Grupo Ala Décima.


¡AY, CIUDAD!
Poema de desagravio


Ay ciudad, sutil ciudad con garras,
feroz espuela de olvidos,
cruel centinela de mi arrancada mitad.
Mustio sol,
rapacidad de incontrolado aguacero,
trampa virtual,
pebetero que me arrastra hasta el vacío.
¡Qué sola soy! ¡Cuánto hastío!
Ay, ciudad, ¿por qué te quiero?


Ay, ciudad, dulce herradura que calzas mi pequeñez
y cubres la desnudez de mi raíz.
Espesura que se adhirió a mi cintura como una liana.
Bahía donde sumerjo mi día y me oculto del tropel de heridas.
Cántaro fiel, Ay, ciudad, de mi poesía.


Ay, ciudad, no me derrumbes,
desátame el sortilegio con que envuelves al arpegio de mi amor.
Y si sucumbes a este influjo,
no me enrumbes hacia el dios del desaliento,
siémbrame el descubrimiento de tu suerte
y paso a paso rescátame del fracaso, Ay, ciudad, mi nacimiento.


Ay ciudad, fiel habitante de mis pasos y mis calles,
ave que anida en los valles de mi cuerpo,
caminante que me descubres,
errante río de la seducción,
susurrante evocación de vuelos,
tibia ventana,
pídele a cada mañana, Ay, ciudad, mi absolución.

1 Comentarios:

  • A la/s 5:12 p.m., Blogger La Polilla Cubana dijo...

    Absuelta está, hermana querida, por esa poesía deslumbrante... ¡Ah, como envidio la fluidez de su rima!!

    Siempre su fiel, Rosa Polilla

     

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