Raúl Hernández
Ortega y su poesía
para niños
Uno de los destacados escritores con que cuenta la provincia de
Un nido en el sombrero, Aliblanco y La trampa del tomeguín, son tres de los libros que, para bien de los que amamos la literatura, ha publicado el autor ariguanabense. Como una constante en su obra está el refinamiento, de una factura en total reconcilio con el lirismo. (…) En Aliblanco encontramos las vivencias de un niño, que no se nos presentan en blanco y negro, sino con todos los matices de la vida, motivaciones, insatisfacciones, alegrías; y sobre todo, crecimiento humano.
En La trampa del tomeguín, las asociaciones de arribo y las terminaciones cronológicas se entremezclan con la picaresca, mientras que Un nido en el sombrero, regodea la magia de los pueblos, la campiña cubana, la transición de los adolescentes que descubren sentimientos nuevos y toda la plenitud de la poética eslabonada en el texto.
Por todos estos atributos, Raúl Hernández Ortega se ha convertido en una de las figuras más representativas del género en
Decía Eliseo Diego "que nadie nace en un sitio determinado por azar, sino para dejar testimonio de ello". Debe ser por eso que Raulito nació allí, donde hay un río.
De imágenes revestido
En la pureza de un niño
Todo de blanco en el guiño
De la mañana y el nido.
Casi breve, consentido
Con patinetas y nabos,
Todo de luz, isla, cabo
Heraldo de los empeños
Para custodiar los sueños
Junto al río Ariguanabo.
Vea íntegramente el comentario de Andrea García Molina, mediante este enlace con nuestra sección DECIMACONTEXTO.
Etiquetas: décima, La Habana, libros, poesía para niños
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